Ucrania sigue controlando región rusa Kursk, previo a regreso de Trump

La intensidad de los combates ha disminuido recientemente.

Kursk
Última actualización:  |  Redacción

Las tropas ucranianas se encuentran en una mejor situación en la región rusa de Kursk que en otras partes del frente, ya que las fuerzas rusas y norcoreanas no han conseguido expulsarlas a falta de un día para la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.

La intensidad de los combates ha disminuido recientemente en Kursk, donde las fuerzas ucranianas lanzaron una ofensiva sorpresa hace más de cinco meses. Este domingo se registraron 12 enfrentamientos en la región, frente a los más de 90 diarios que ocurrieron durante los ataques simultáneos de Ucrania y Rusia hace dos semanas, convirtiendo temporalmente el área en el punto más caliente del frente.

Desde entonces, las tropas ucranianas han logrado avances limitados hacia Berdin y Bolshoye Soldátskoye, mientras que las fuerzas rusas han ganado terreno al oeste de Sudzha, una ciudad clave bajo control ucraniano.

"Los rusos envían pequeños grupos de asalto, que normalmente son destruidos, mientras que los norcoreanos se han calmado un poco", escribió un bloguero militar ucraniano conocido como 'Oficial'.

Aunque esta relativa calma podría ser temporal, el mando ruso no ha logrado recuperar el control total de Kursk antes de la toma de posesión de Trump en Estados Unidos, lo cual era su tarea clave junto con capturar más territorio en la región oriental de Donetsk, según declaró el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.

Expulsar a Ucrania de Kursk es una parte importante de la estrategia rusa para demostrar su invencibilidad y convencer a los aliados de Ucrania, principalmente Estados Unidos, de buscar una tregua en lugar de continuar su apoyo militar.

"Es poco probable que esto ocurra en un futuro próximo", opinó Oleksandr Kovalenko, analista militar.

Unos 630 kilómetros cuadrados están actualmente bajo control ucraniano o en disputa en Kursk, en comparación con los 970 kilómetros cuadrados de principios de noviembre, cuando soldados norcoreanos ingresaron al campo de batalla. Las pérdidas sufridas por las fuerzas norcoreanas, estimadas en más de 4 mil muertos y heridos, han reducido su capacidad de mantener la misma presión sin refuerzos significativos.

La presencia de tropas ucranianas en territorio ruso otorga a Ucrania una ventaja estratégica en cualquier negociación futura. "Si Rusia dice que congelemos la línea del frente, podríamos responder: ¿Y Kursk? ¿Están de acuerdo con no controlar parte de su propio territorio?", explicó Kovalenko.

Unos 60 mil soldados rusos están contenidos por los ucranianos en Kursk, impidiéndoles reforzar otras partes del frente o lanzar un ataque importante contra la región ucraniana vecina de Sumi. Ante la escasez de vehículos blindados, las tropas rusas recurren cada vez más a la infantería en sus asaltos, mientras que Ucrania emplea misiles de alta precisión proporcionados por sus aliados para atacar puntos de mando enemigos.

Sin embargo, las fuerzas ucranianas enfrentan complicaciones debido al uso de "tácticas de tierra quemada" por parte de Rusia, que incluye el uso intensivo de bombas guiadas y artillería para destruir aldeas enteras. Videos publicados por el 225º Batallón de Asalto Separado de Ucrania muestran la aldea de Darino completamente destruida, con cientos de cráteres dejados por los ataques rusos.

Rusia también ha sido acusada de crueldad en el trato a soldados ucranianos capturados. Videos compartidos en canales rusos de Telegram esta semana muestran supuestamente a soldados ucranianos decapitados en Kursk, en lo que parece ser una campaña deliberada para infundir miedo y desmoralizar a las fuerzas ucranianas, según Kovalenko.

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