Cero desechos

Dorismilda Flores-Márquez

Hay cambios que dependen de los gobiernos, o bien de las grandes industrias, pero hay otros que dependen de nuestros hábitos de consumo

Dorismilda Flores-Márquez

Tendemos a no ver la basura. Solemos llevarla al contenedor y olvidarnos de ella y sólo la vemos cuando hay un problema en la recolección, que hace que los contenedores estén desbordados o cuando se acumula tanta en las alcantarillas que las calles se inundan. Aunque no la veamos, la basura existe y es un problema.

El 30 de marzo es el Día Internacional de Cero Desechos. En el largo listado de días internacionales, este es uno de los más jóvenes. Se proclamó apenas el 14 de diciembre de 2022 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, con la idea de promover iniciativas de cero desechos, orientadas a alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, especialmente ante la triple crisis planetaria: el cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, así como la contaminación.

El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sobre perspectivas mundiales de la gestión de residuos 2024 pone el énfasis en esta triple crisis. En cuanto al cambio climático, señala que transportar, tratar y eliminar residuos genera CO2 y otros gases de efecto invernadero, que contribuyen al cambio climático. En cuanto a la pérdida de biodiversidad, el informe señala que las prácticas de eliminación de residuos pueden traer sustancias químicas peligrosas al suelo, el agua y el aire, lo cual causa daños de largo plazo y potencialmente irreversibles a la flora y fauna locales; esto, a su vez, afecta la biodiversidad, daña ecosistemas y entra en la cadena alimentaria humana. Finalmente, sobre la contaminación, el informe señala que más de 400 mil personas mueren cada año, como consecuencia de enfermedades relacionadas con la mala gestión de los residuos.

Entre todos los desechos que se generan, el desperdicio de alimentos es uno de los más paradójicos. Se desperdicia un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo, al mismo tiempo que miles de personas enfrentan problemas de hambre. El informe enfatiza que este desperdicio representa una pérdida no sólo de los alimentos en sí, sino también de la energía, el agua y los recursos humanos utilizados para producirlos.

El informe no aborda en profundidad los desechos de dispositivos digitales, pero esto también es un problema. Su fabricación requiere metales, que provienen de las industrias extractivas y esto, ya de origen, tiene efectos en el medio ambiente y la salud de las comunidades. Las interacciones digitales que tenemos, el consumo de contenidos y el almacenamiento en la nube también generan emisiones de carbono. Esto se agrava con el constante desecho de dispositivos digitales, sobre todo en tiempos en los que la obsolescencia tecnológica programada es tan evidente.

De acuerdo con este mismo informe, la región que más genera residuos sólidos urbanos es Asia del Este y del Sudeste. Sin embargo, a nivel individual, la región que lastimosamente se encuentra en el número 1 es Norteamérica, integrada por Canadá, Estados Unidos y México. En esta región, los residuos sólidos municipales per cápita ascienden a más de 2 kilogramos por persona por día.

En México, el Atlas Nacional de Residuos Sólidos Urbanos reporta que la generación de residuos sólidos per cápita promedio en el país es de 848 gramos por día. En el caso de Aguascalientes es de 780 gramos, menor que el promedio nacional, ligeramente menor que el promedio del vecino estado de Jalisco, que es de 835 gramos; pero mayor que los promedios de otros estados vecinos, como San Luis Potosí (704 gramos), Guanajuato (687 gramos) y Zacatecas (556 gramos). 

Antes no se producían tantos desechos como ahora. Cuando yo era niña, comprábamos leche en botellas de vidrio, llevábamos la bolsa del mandado y recibíamos alimentos empaquetados en papel. Hemos rescatado algunas de estas prácticas recientemente ante la prohibición de las bolsas de plástico, pero el Tetra Pack y el PET siguen ahí.

Hay cambios que dependen de los gobiernos, o bien de las grandes industrias, pero hay otros que dependen de nuestros hábitos de consumo. ¿En verdad necesitamos ese nuevo teléfono? ¿Es absolutamente necesario pedir un platillo del que vamos a consumir la mitad? ¿Qué de toda nuestra basura es realmente basura y qué se puede reutilizar o reciclar? 

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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