Contar la historia de nuestra ciudad

Dra. Yessenia Pinzón

Yessenia Pinzón

A veces, cuando llego a casa después de una intensa jornada de trabajo, a las nueve o diez de la noche, lo único que quiero hacer es desconectarme un ratito de todo y avanzar en la novela que esté leyendo o ponerme a ver alguna serie en la televisión. Sé que no soy la única con estas aficiones, sino que muchísimas personas tienen alguna propensión semejante, y eso no es ninguna casualidad: los seres humanos estamos “diseñados” para escuchar cuentos, chismes y narraciones de todo tipo que nos entretengan y nos enseñen o nos confirmen algo sobre cómo funciona el mundo y nuestras relaciones. 

No lo digo yo: la neurociencia ha demostrado que nuestro cerebro está hecho para funcionar de esa manera. Cuando leemos o escuchamos una historia, se activan zonas asociadas a la memoria, la empatía y la atención; incluso se liberan sustancias como la dopamina y la oxitocina, que nos hacen sentir más involucrados con lo que estamos escuchando. En otras palabras, cuando nos dan un paquete de información, lo recordamos mejor y lo entendemos de una manera más profunda si se nos da en forma de relato.

Por eso, las grandes ideas de la humanidad no se han transmitido sólo en cifras y números, sino con imágenes, metáforas y narraciones. Homero y Heródoto lo entendieron hace miles de años, y hoy replican la fórmula muchos historiadores, científicos, docentes y divulgadores. 

Podríamos mencionar varios ejemplos de nuestro terruño, pero particularmente quiero destacar el caso de la nueva serie editorial Trazos del Tiempo,  realizada por el Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura, con la colaboración de investigadores de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Esta serie, conformada por libros que cuentan la historia de nuestra entidad, apuesta por mostrar nuestro pasado como algo aún lleno de vida, de emociones, sucesos interesantes y decisiones que nos trajeron hasta aquí. 

El primer libro de esta serie —llamado Perseguir y castigar bandidos en Aguascalientes. Cecilio Macías y los márgenes de la ley, 1870-1910-— es prueba de lo que menciono. Con la prosa fluida y cercana que distingue al doctor Víctor Manuel Carlos Gómez, este libro suyo narra la vida de un sastre que, durante el Porfiriato, llegó a convertirse en jefe de gendarmes en nuestra entidad… pero no fue cualquier policía: fue un cazabandidos tan temido como admirado, cuya historia caminó por la delgada línea entre el heroísmo y la brutalidad institucional.

Esta obra y la colección a la que pertenece constituyen un esfuerzo académico y cultural, fruto del talento de sus autores y de la colaboración entre las instituciones que los acompañamos. Detrás de todo el proyecto hay académicos, egresados, investigadores y funcionarios que hemos puesto pasión y conocimiento al servicio de un objetivo muy noble: acercar la historia a la gente para hacerla parte de nuestra conversación cotidiana.

Cabe decir también que se ha echado a andar este proyecto en un contexto muy especial: la conmemoración de los 450 años de nuestra ciudad. Celebrar este aniversario no sólo significa mirar atrás con nostalgia, sino entender cómo hemos llegado a ser lo que somos hoy.

Al final del día, comprender el pasado es también una manera de conocernos y valorar lo que somos todos juntos como sociedad.  Por eso hoy celebro al autor y a la suma de esfuerzos que dieron como fruto este excelente libro, el cual inaugura una colección que seguramente será muy bien recibida entre las y los aguascalentenses.  

Muchas felicidades a quienes hicieron posible esta obra y a quienes seguirán trazando la memoria viva de Aguascalientes. Enhorabuena y sigamos buscando, a través del hermoso arte de contar historias, ocasiones para aprender nuevas cosas y estrechar nuestros lazos de amistad.

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Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión.

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