Las operaciones de los bancos

Si alguno de quienes nos siguen esta mañana es de casualidad cliente de los bancos Intercam y CIBanco o de una casa de bolsa llamada Vector, la cual es propiedad de un empresario y cercanísimo colaborador de López Obrador, creo que le conviene saber que el día de ayer el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos los acusó de lavar dinero para que la delincuencia organizada realice operaciones con empresas chinas dedicadas al venta hilo.

Todas esas firmas tienen, por cierto, sucursales en Aguascalientes, quizás se recuerde que en mi comentario del pasado 7 de marzo en este mismo portal, señalé que la denominación de seis organizaciones mexicanas como grupos terroristas internacionales podría tener un impacto inédito.

Dije en ese momento que cuando se pone en marcha el negocio de las sustancias ilícitas, pues hay muchos activos y dinero en efectivo que hay que lavar, que hay que introducir en el sistema financiero normal, es decir, en bancos, casas de bolsa, fondos inversión y luego darle salida en la forma de un negocio, un desarrollo inmobiliario, restaurantes, bares, etcétera y todo eso necesita una enorme y compleja red de participantes, notarios, banqueros, abogados, fiscalistas, factureros, financieros, contadores para que el negocio circule con cierta normalidad en la economía.

Bueno, pues las autoridades norteamericanas han dado justamente el primer paso en esa dirección y suponemos que es apenas el primero de muchos. En la información conocida hasta ahora, se informa con bastante detalle cómo fueron las operaciones presuntamente ilegales de dichos bancos, en qué años, en qué montos, con qué empresas o personas, lo que quiere decir que la siguiente acción tiene dos opciones.

Una, desde luego, es que como ya lo hicieron, los bancos nieguen todo y sigan su defensa por las vías jurídicas y la otra es que ante el temor de que haya consecuencias impredecibles adicionales, pues prefieran colaborar con las autoridades, proporcionen más información y con ello nombres de personas involucradas acepten un trato, paguen una multa elevada con tal de seguir en el negocio bancario.

El tercer paso puede consistir en que de pronto aparezcan involucradas autoridades gubernamentales, es decir, existe un regulador del gobierno llamado Comisión Nacional Bancaria que se supone que es la encargada de vigilar que no ocurran estas operaciones de lavado, pero allí cabe la posibilidad de que funcionarios de ese órgano regulador, en colusión con los bancos, hayan mirado para otro otro lado, ya hayan dejado pasar las presuntas operaciones de lavado o por lo menos algunas de ellas para taparle el ojo al macho.

Algo que se sugiere entre líneas en los comunicados que ayer dieron tanto el gobierno americano como en la respuesta de las autoridades mexicanas, las cuales admitieron que ya los habían investigado y que solo encontraron problemas administrativos que fueron sancionados con multas por 134 millones de pesos. Cabe preguntarse, 134 millones por pequeños problemas administrativos, imagínense si hubieran sido grandes problemas.

Aquí sin duda hay gato encerrado y parece que es un gato bastante gordo. Finalmente, como siempre sucede, a la hora que estiren la cobija en este caso, pueden aparecer otro tipo de contubernios y preguntas.

Por ejemplo, cuando los gobiernos federal, estatales o municipales asignan obra pública, compran bienes o servicios, dan contratos o dan permisos y licencias de todo tipo de manera corrupta, cómo llega el dinero tanto el funcionario como los beneficiados, cómo lo lavan las personas o las empresas que participan en esas operaciones, cómo lo invierten y en qué bancos o negocios, cómo lo inyectan en una economía informal que en México equivale al 25% del producto interno bruto.

Bueno, pues en suma, esta es una película que sin duda apenas empieza y muchos pueden caer.

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