Le hemos fallado a la juventud

Dorismilda Flores-Márquez

¿Cómo darle esperanza a nuestras y nuestros estudiantes en un mundo tan oscuro?

Dorismilda Flores-Márquez

A inicio del año, en una conversación con Ana, una amiga portuguesa que también es investigadora y profesora universitaria en su país, coincidíamos en que una de nuestras mayores preocupaciones era cómo darle esperanza a nuestras y nuestros estudiantes en un mundo tan oscuro, con guerra, genocidio, hambre y un avance tan fuerte de los gobiernos autoritarios. Estos días volví a pensar en esa conversación, ante el inicio del semestre en la universidad y el Día Internacional de la Juventud, que es el 12 de agosto de cada año y que busca poner el foco de interés de la comunidad internacional sobre las problemáticas que enfrentan las y los jóvenes.

En las semanas recientes, las noticias nos han permitido ver dos caras muy duras de lo que significa ser joven en México. A finales de junio, Monserrat Mora, experta en análisis de datos, usó la información pública de la Secretaría de Salud para mapear la maternidad infantil, es decir, cuando niñas de 10 a 14 años se convierten en madres; también mostró tablas sobre los nacimientos de madres más jóvenes y los nacimientos cuya diferencia en la edad de madre y padre era mayor. Ahí vimos que, durante 2024, fueron registrados 7,975 nacimientos de madres de entre 10 y 14 años: 3 madres de 10 años, 32 de 11 años, 195 de 12 años, 1422 de 13 años y 6323 de 14 años.

También supimos, por ejemplo, que en Texcoco una niña de 10 años tuvo un bebé con un hombre de 32 y que hay más casos como ese: en Matehuala, madre de 11 y padre de 47; en Jáltipan, madre de 11 y padre de 44; en Juárez, madre de 11 y padre de 34; y un largo etcétera. Vimos, además que, si nos enfocamos en la diferencia de edades, en Acuña hubo un caso de madre de 22 y padre de 97; en Arcelia, madre de 23 y padre de 94; en Del Nayar, madre de 18 y padre de 88; también con un largo etcétera.

Supimos que la mayor parte de los casos se concentran en cinco estados: Chiapas, Estado de México, Veracruz, Puebla y Jalisco. Los datos muestran que, durante el año 2024, en Aguascalientes hubo 74 nacimientos de madres de 10 a 14 años. Esta información encendió las alarmas. Los fríos datos muestran abuso sexual infantil, que se ha callado y normalizado por muchos años.

Empecé este comentario hablando de jóvenes y esto es información principalmente sobre madres niñas y adolescentes, pero pensemos cómo ellas no podrán vivir su juventud en óptimas condiciones. Para muchas, ser madres implica dejar la escuela, trabajar en doble jornada, vivir —y a veces también ejercer— violencia dentro de casa.

Por otro lado, hace un par de semanas, tras el operativo en un campamento armado en Pabellón de Hidalgo —ese mismo que desató otras acciones de violencia en Aguascalientes— se difundieron fotografías de los detenidos. Algunas familias buscadoras reconocieron a sus hijos desaparecidos ahí. Concretamente, se confirmó que, entre los detenidos, cuatro tenían ficha de búsqueda, habían desaparecido entre mayo y junio en Aguascalientes, tienen 18, 22, 28 y 39 años. Podría tratarse de reclutamiento forzado.

Tanto en el caso de las madres niñas y adolescentes como de los detenidos en un campamento armado, las miradas simplistas les criminalizan, les culpabilizan de las situaciones en las que están. Sin embargo, poner en contexto los datos implica reconocer que, como sociedad, le estamos fallando a niñas, niños, adolescentes y jóvenes; no les estamos ofreciendo condiciones apropiadas para que se desarrollen en libertad; y tampoco nos estamos haciendo cargo de los errores.

Las y los jóvenes con quienes convivo, mis estudiantes, tienen cierto privilegio, en tanto que son parte de ese 30.8% de la población de 18 a 23 años que sí llega a la universidad. Eso no les garantiza que el futuro va a ser maravilloso, pero es algo. En medio de la impotencia, quiero recuperar la esperanza para navegar en el ciclo escolar siguiendo algunos puntos que planteó Philippe Meirieu: pensar

La escuela como un espacio de desaceleración en un mundo donde todo va demasiado deprisa, donde se pueda tomar tiempo para reflexionar y pensar, donde se refuerce la atención y se aprenda a estar atento, donde se aprenda también a evaluarse y no a compararse con los otros, evaluarse para ser mejor que uno mismo y no para ser mejor que los otros.

Una escuela donde descubrimos el gusto y el placer por aprender.

Una escuela donde descubrimos que la solidaridad entre los seres humanos es algo fundamental que nos enriquece por igual a todos, una escuela que favorece la ayuda entre todos, la ayuda entre iguales, la ayuda entre quien ha comprendido y quien no ha comprendido, la ayuda entre el que es un poco más mayor y el que es más joven. Esta cooperación entre todos los alumnos, este valor de cooperación y solidaridad son valores prometedores para el futuro y son más importantes, creo, que el individualismo y la competencia.

 

 

Las visualizaciones de datos sobre maternidad infantil elaboradas por Monserrat Mora pueden consultarse en:

 

La cobertura de BI Noticias sobre los hombres con ficha de búsqueda que fueron detenidos en el campamento armado están disponibles en:

 

El informe Principales Cifras 2023-2024 de la Secretaría de Educación Pública puede consultarse en:

-

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión.

 

Cargando Minuto a Minuto...
Cargando Otras noticias...