Lo virtual es real

Hilda Hermosillo Hernández

La Ley Olimpia llegó a desmontar esa premisa mostrando una realidad aplastante

Hilda Hermosillo Hernández

Lo que ocurre en internet no es real: por años, ese fue el argumento para minimizar la violencia ocurrida en el ámbito digital. Sin embargo, a medida en que la tecnología ganaba terreno en nuestro día a día, las consecuencias del acoso, amenazas, mensajes de odio, vulneración de información privada o datos apócrifos, comenzaron a manifestarse en las personas.

La Ley Olimpia llegó a desmontar esa premisa mostrando una realidad aplastante: la pantalla no debe ser escudo de impunidad. La impulsora de dicha ley modelo en materia de violencia digital, Olimpia Coral Melo, visitó Aguascalientes en el marco del Congreso Nacional Conmemorativo del Instituto Estatal Electoral, para dejar en claro que lo virtual es real y el daño que se produce a través de las distintas plataformas tecnológicas afecta la dignidad de las personas.

Este conjunto de reformas surgió a raíz de la difusión de un video de contenido sexual no autorizado y parte del reconocimiento del derecho a la intimidad en espacios digitales. No se trata de regular la moral o limitar la libre expresión, sino de establecer al consentimiento como límite claro entre el ejercicio de derechos y el abuso que busca humillar, controlar o castigar, particularmente a las mujeres.

La iniciativa para tipificar la violencia digital tardó más de seis años en concretarse a nivel nacional, tras su presentación en Puebla en 2014 para culminar con su aprobación en el Senado en noviembre de 2020 y en la Cámara de Diputaciones en abril de 2021. En el ciberespacio, donde la vida pública y privada se entrecruzan, nombrar esta forma de agresión ha permitido visibilizarla y combatirla.

Al momento, se han aprobado reformas similares en Argentina (2023), Panamá (2024) y Estados Unidos (2025), en tanto se discute en Colombia, Chile, Ecuador, Honduras, Guatemala y Uruguay, para obligar a los Estados a reconocer que la violencia no desaparece al cambiar de escenario, por el contrario, se reproduce, se amplifica y corre el riesgo de normalizarse si no es atendida, lo que incluye aquellas prácticas que ocurren en contextos político-electorales.

El internet y las redes sociodigitales se han posicionado como el principal medio de propagación de la violencia política contra las mujeres en razón de género, lo que obliga a idear mecanismos para su prevención, atención y sanción de cara al proceso electoral de 2027 donde los avances tecnológicos como la inteligencia artificial suponen una amenaza a las candidaturas, siendo nuevamente las mujeres especialmente vulnerables.

La Ley Olimpia busca defender el derecho a vivir sin miedo, incluso en el universo digital. No obstante, su creadora reconoce que este tipo de disposiciones son aún insuficientes sin un cambio cultural en las sociedades.

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