México sin geopolítica

Noé García

Tenemos un Canciller que está ocupado y preocupado por ser elegido del destape presidencial de López Obrador, y un presidente que usa su pulpito mañananero para lanzar cortinas de humo

Noé García

Tenemos un Canciller que está ocupado y preocupado por ser elegido del destape presidencial de López Obrador, y un presidente que usa su pulpito mañananero para lanzar cortinas de humo usando temas internacionales, que si es ilegítimo el gobierno de Perú, que si le da el apoyo a un tirano de izquierda como Daniel Ortega y ahora pone a los sombrerazos con los Congresistas Republicanos de Estados Unidos por sus bravatas de pretender invadir a México.

Y la realidad es que no solo en este sexenio, sino que tenemos décadas sin visión geopolítica, los sexenios de Zedillo, Fox, Calderón, Peña y López Obrador, los planes de política exterior profesionales y a largo plazo son inexistentes.

¿Cómo se piensa a México en el 2030, 2050? ¿Qué fenómenos geopolíticos podrían cambiar el rumbo del país en el mediano plazo? ¿Qué país será nuestro principal socio comercial dentro de 100 años? ¿Qué implicaciones tiene como potencia China y su intensa agenda internacional?

La seducción de no hacer nada de los funcionarios y gobiernos mexicanos es latente. El paradigma de la diplomacia mexicana frente a su inexistente plan geopolítico de 30 años revela muchos errores, como lo dice Fausto Pretelin “se tienen 50 consulados en Estados Unidos, pero prácticamente no existen think tanks mexicanos que ayuden a evolucionar la relación bilateral (cabilderos, relaciones públicas e influencia en medios de comunicación);” además que las embajadas en el mundo se utilizan como pago de favores políticos o amigos (la mayoría polémicos), dejando atrás el servicio profesional de carrera diplomático.

Hoy ante el desastre interno en seguridad, donde regiones enteras de México están a merced del crimen organizado, y que resulto con la muerte de dos estadunidenses, uno más herido y otro liberado, en Matamoros. Ocurre que el nerviosismo de las autoridades mexicanas paso de un manejo deficiente a bravuconerías por parte del presidente. Muy probablemente para usarlo en su obsesión de polarización para que le reditúen resultados internos.

A la clase política mexicana no le importa el costo de no tener un plan geopolítico, para el prototipo del político mexicano, ni el mediano y mucho menos el largo plazo, existen ni le interesan. Solo piensan en el presente y en la superficialidad mediática y populista, saben que la política exterior no da votos.

La realidad es que para el país seguirá siendo costoso, pues no se aprovecha la dinámica global en la que se está el mundo en estos tiempos.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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