¿Perder la cartera?

Otto Granados

Los mexicanos son buenos, puros y santos y los gringos son malos, drogadictos y pecadores

Otto Granados

Con cierta frecuencia, supongo que cuando los de Morena sienten que está muy a la baja la simpatía por ellos y que ya solo va quedando el dinerito mensual que se reparte, el cual tenderá a agotarse porque las finanzas federales están en los huesos, sus jefes como López Obrador y Sheinbaum suelen recurrir a una verborrea extraña que es aludir a lo que llaman los “valores de los mexicanos” y compararlos con lo que llaman la “falta” de valores de los americanos. 

Es decir, los mexicanos son buenos, puros y santos y los gringos son malos, drogadictos y pecadores. La realidad, sin embargo, es distinta y bien harían los nuestros en verse en un espejo más realista. Veamos.

Por ejemplo, el mexicano promedio es impuntual. Se calcula que casi el 68% de los mexicanos llega tarde a cualquier reunión y el problema es que ese defecto se transmite de generación en generación. 

Luego se dice que es muy trabajador, pero no hay tal. El mexicano promedio trabaja unas 2,246 horas al año mientras en EEUU se trabajan entre 1,850 y 2,000 horas.  Sin embargo, el mexicano es improductivo; en los últimos 35 años la productividad en México ha decrecido 0.5 por ciento anual, es decir es negativa, y la productividad laboral ha sido una de las que menos crece en ese mismo lapso. En EEUU, en cambio, crece alrededor de 2.5% anual.

La falta de honestidad es también un defecto grave. Hace unos años una revista internacional hizo un singular experimento para explorar cuál era la ciudad más honesta. Dejó aparentemente “perdidas” 192 carteras en parques, camellones y centros comerciales de 16 ciudades del mundo para ver cuántas eran devueltas. 

Cada cartera contenía un nombre, un número de teléfono, una foto familiar, billetes de lotería, tarjetas de crédito y 50 dólares en la moneda local de cada país. Los resultados fueron los siguientes: en Helsinki fueron devueltas 11 de las 12 carteras; en Mumbai, India, fueron regresadas 9 de 12; en Nueva York 8 de 12. En cambio, en México el porcentaje de devolución de las carteras con dinero fue apenas una de cada 10.

¿Por qué en unas ciudades fueron devueltas casi todas las carteras y en otras casi ninguna? En sentido estricto no haberlas regresado quizá no suponga una conducta ilegal, pero sí exhibe las vulnerabilidades de la cultura cívica que es uno de los componentes clave del capital social de cualquier país. 

Por tanto, cuando los niveles de corrupción son altos, como pasa en muchos países, incluido México, es crucial tomar plena conciencia del problema, establecer compromisos colectivos, adoptar medidas innovadoras y enfocar la política pública en la dirección correcta. 

Encuestas como Latinobarómetro han ofrecido por años datos reveladores.  Solo un 25% de los ciudadanos mexicanos afirma que debe cumplirse la ley; el 48% aprueba que un funcionario se aproveche ilegalmente de su cargo “siempre y cuando haga cosas buenas”; el 59% declara que son los ciudadanos quienes permiten la corrupción y México es uno de los países de América Latina en donde es más alto el porcentaje de sus ciudadanos que declara que es plenamente “justificable” evadir impuestos.

El problema es complejo pero la mejor ruta para corregir estos problemas tiene que ver con la educación y con los valores que se imparten y transmiten desde los primeros años en la familia y la escuela, y se internaliza el cumplimiento de la ley como algo rutinario. 

En síntesis, devolver la cartera sería un buen principio.

-

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión.

Cargando Minuto a Minuto...
Cargando Otras noticias...