Perspectiva: Cada día está más cerca
El tema de nuestro tiempo es la IA y la gran pregunta no es si vamos a crear otra especie, sino cuándo
Estamos a la vuelta de la esquina de la llegada de la Inteligencia Artificial General, esa que resolverá problemas que jamás imaginamos y elevará la productividad de la humanidad en forma imparable. Según Sam Altman, el líder de OpenAI, propietaria de ChatGPT, en tres años llegará.
Hoy es algo mágico platicar con ChatGPT sobre cualquier tema; es impresionante su razonamiento profundo y su avance. Apenas al arrancar la semana, la compañía OpenAI anuncia nuevas potencialidades para generar “agentes” que ayudan en tareas de procesos repetitivos.
Quiere comprar un boleto de avión al menor precio posible entre México y Barcelona. Ponga a trabajar a su agente para que le avise cuando lo encuentre. Revisará cada hora en las diferentes plataformas de viajes o en las aerolíneas para detectarlo y avisará cuando lo encuentre. Como ese, hay todos los ejemplos que la imaginación pueda tener.
Grok 4 ofrece imágenes virtualmente infinitas de lo que se le pida. Un gato persiguiendo a un ratón o un ratón que persigue a un gato. Pregunta si tengo más de 18 años y comienza a generar docenas de imágenes posibles; a cada una se le puede convertir en un pequeño video.
Si le digo que imagine a un escritor frente a una pantalla que trata de encontrar la oración correcta para su párrafo siguiente, produce, de nueva cuenta, imágenes de personas mayores con atuendo formal, jóvenes de diferentes orígenes étnicos, en ambientes de biblioteca o con escritorios minimalistas. Es una fuente inagotable de imágenes que también pueden convertirse en un pequeño video donde el escritor maneja una pluma mientras comienza a escribir en el teclado.
Según expertos, en dos años la IA podrá generar películas completas a partir de un argumento o un guion sencillo. Todavía no se cumplen tres años de la liberación de ChatGPT y esto parece otro mundo. Un experto en negocios, Josh Brown, dice que la economía depende hoy de las inversiones en IA. Sin eso, los mercados de valores no habrían crecido como ha sucedido en los últimos meses.
Las búsquedas en Google nos parecen limitadas, comparadas con las de Perplexity, Claude, Grok o ChatGPT. Pasamos de buscar respuestas puntuales en Google a encontrar temas completos de información, estructurados e investigados en decenas de fuentes. Si nuestra conversación es oral, la máquina contesta como si fuera un asistente real. Hay personas que cuentan sus problemas, sus complicaciones a la IA para encontrar respuestas que les den apoyo emocional. Sabemos los peligros que ello implica, pero aun así, crecen las adicciones a respuestas de un ente presente, día y noche, que no conoce el descanso para aportar ideas, consejos e incluso consuelo.
El tema de nuestro tiempo es la IA y la gran pregunta no es si vamos a crear otra especie, sino cuándo. Le podemos llamar “singularidad” como la bautizó Ray Kurzweil o se le puede llamar “superinteligencia”. En pocos años los robots humanoides producidos en China se confundirán con personas, responderán en cualquier idioma e interactuarán al grado tal que se cumpla la ley de Alan Turing, donde no solo sus respuestas nos confundan si hablamos con una computadora o un ser humano. Eso sucederá antes de que termine la década.
Al terminar esta columna, “Grammarly” la corrige y busca en millones de documentos si hay alguna frase que pudiera ser plagio. También verifica que no haya patrones que provengan de una creación de IA, es decir, que los errores y las fallas sean míos y de nadie más.
-
Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión.