Perspectiva: El elefante en la habitación
“Andrés Manuel López Beltrán es el responsable del mayor saqueo al país”
Ramón Alberto Garza, uno de los periodistas más audaces y talentosos de nuestra generación, inició una serie de reportajes sobre el “huachicol fiscal” y sus presuntos responsables. En su portal “Código Magenta”, lanza la acusación más importante en la historia reciente: “Andrés Manuel López Beltrán es el responsable del mayor saqueo al país”. Su tesis se basa en los funcionarios públicos que trabajaron en varias dependencias responsables de la energía en México.
Desde hace tres años descubrió el contrabando de combustibles mediante barcos que atracaban en los puertos de Tamaulipas para surtir pipas de gasolina y diésel. El efecto de sus investigaciones no tuvo demasiado eco en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Para diferenciar el contrabando de combustibles del robo a los ductos de Pemex, bautizó el hecho como “huachicol fiscal”. Cientos de millones de litros de combustible sin pagar IVA e IEPS fueron distribuidos en el país con toda impunidad. Mientras el entonces presidente López Obrador decía que el huachicol se había acabado, barcos, ferrocarriles y pipas surtían a empresas gasolineras y de transportes a precios con rebaja.
Cuando el gobierno de Claudia Sheinbaum decide poner un alto al contrabando y detiene embarcaciones con “huachicol”, cambiaría el destino de su sexenio y el de México mismo. Suponemos que antes de hacerlo, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad, miembros de las Fuerzas Armadas y funcionarios de Hacienda y Aduanas conocían el tamaño del problema al que se enfrentaban. Hay quienes dicen que atacaron el problema por presiones de Estados Unidos, pero lo más probable es que haya sido una decisión impostergable.
La procuradora fiscal de la Federación, Grisel Galeano, declaró que el monto del daño al erario reportado era de 600 mil millones de pesos. Una cifra descomunal. El gobierno informó que dos sobrinos del exsecretario de Marina, José Rafael Ojeda, eran cabezas de la organización que llevaba a cabo el negocio del contrabando. Sin embargo, no todo estaba claro. El propio López Obrador había dicho en repetidas ocasiones que ningún negocio de ese tamaño podía realizarse sin el conocimiento de un presidente.
Resultó que el descubrimiento inicial de Código Magenta no era un hecho aislado de un buque descargando directamente a pipas en los puertos de Altamira; era una operación gigante. En Pemex debieron darse cuenta de la baja en las ventas que provocaba el contrabando. Además, los reportes de las gasolineras no cuadraban con el diferencial provocado por el huachicol.
Los datos de la Agencia de Energía de Estados Unidos reportaban mayores ventas a México de las registradas por las aduanas nacionales. El monto es fácil de verificar usando cualquier motor de búsqueda con IA. Por tanto, esconder el robo más grande en la historia del país no era posible. Desentrañarlo será una tarea política enorme. Es una espada con dos filos: si Ramón Alberto tiene razón al acusar a Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente, nuestra mandataria, Claudia Sheinbaum tendría que actuar en consecuencia, si no lo hace, la carga política será insostenible para su administración y para Morena.
El consenso de la opinión en los medios de comunicación y las redes es que López Obrador sabía, como él mismo afirmó, lo que sabe un presidente. Sacar al “elefante” de la conversación política será imposible; el único remedio viable es que la presidenta Claudia Sheinbaum decida cambiar el curso de la historia de México desprendiéndose del pasado.
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