Perspectiva: La (nueva) Tremenda Corte

Enrique Gómez Orozco

“El engrose en la Suprema Corte de Justicia de la Nación es el documento final y definitivo de una sentencia, que se redacta después de la discusión y votación pública del caso por el Pleno o las Salas de la Corte”. Archivos Jurídicos de la UNAM

Enrique Gómez Orozco

Uno de los programas más populares en la radio nacional era “La Tremenda Corte”, una producción cubana que trascendió al público hispanoamericano desde 1942 hasta 1961, cuando Fidel Castro expropió las radiodifusoras. El programa fue el de más audiencia en el continente y cientos de radiodifusoras repetían los episodios ante el deleite de los radioescuchas.


Con cinco personajes centrales: José Candelario Trespatines, El Señor Juez, Luz María Nananina, Rudecindo Caldeiro y Escobiña y el Secretario, llenaban barras del medio día o vespertinas. El contenido eran pequeños latrocinios, abusos de confianza o agravios que cometía Trespatines en contra de Nananina cuyas denuncias llegaban al Señor Juez o Rudecindo. La creatividad de los guionistas cautivó la atención de familias con humor blanco de una socarronería deliciosa.


Cuando los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación iniciaron sus primeras sesiones, que son públicas, el recuerdo llegó al auditorio por su notoria incompetencia. La ministra Lenía Batres se llevó las palmas por la hilaridad causada con su absoluta ignorancia de la materia.


Fue entonces que repetían la palabra “engrose”, definición del veredicto final de una sentencia. La mayoría no sabíamos lo que significaba el engrose, una palabra técnica judicial. Pero lo que sí imaginamos, era la ignorancia de los ministros novatos, comenzando con el propio Hugo Aguilar, presidente de la SCJ. Batres discutía y discutía mientras el secretario, quien es el que verdaderamente sabe, trataba de explicar sin que lo comprendieran.


Por si fuera poco, por todo el país surgieron las primeras muestras de incompetencia de jueces “electos” con originales acordeones que violaron la ley electoral. Muchos jueces salen y saldrán de sus juzgados porque simplemente no saben cómo son los procesos, ni las leyes ni la justicia. Es como si a cualquiera le entregaran las llaves de un tráiler para manejarlo o el mando de un avión para volar. La primera respuesta de los jueces del “bienestar” será recargarse en los secretarios, actuarios, abogados litigantes y cualquiera que tenga alguna pequeña idea de cómo funciona un juzgado.


Lo grave es que atrasarán todo y torcerán lo poco que estaba derecho; darán fallos sin saber o simplemente se echarán a la hamaca dejando las cosas en segundas manos. El fracaso vendrá cuando el daño comience a trascender a quienes demandan justicia expedita. De por sí la SCJN y todos los juzgados sufrían una tardanza que impide la buena marcha del país, con los de ignorantes que llegaron por “voto popular”, el vehículo para la justicia quedará estancado en enormes baches. Las transmisiones de la Suprema Corte pueden convertirse en un espectáculo de circo cuando la gente espere “engroses” para reirse y subir a redes todos los despropósitos de los ministros inexpertos, incluido el presidente y Lenia Batres, la polémica obradorista, la preferida de los diseñadores de memes y cartones cómicos en las redes sociales.


Tres Patines, Nananina, Rudecindo y el Señor Juez nos hacían reír por las buenas puntadas de su programa; la nueva Tremenda Corte del país nos hará llorar al cabo de los meses.

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