Perspectiva: Sin inversión estamos perdidos

Enrique Gómez Orozco

“El riesgo viene de no saber lo que estás haciendo” Warren Buffett

Enrique Gómez Orozco

La revolución de ideas que genera la 4T oscurece el horizonte nacional. La llamada “izquierda” mexicana quiere que el gobierno tenga una mayor intervención en la economía y pone límites al capital nacional y extranjero en la inversión en energía, por ejemplo. Quiere que el país prospere, pero no brinda la confianza necesaria para generar capital. Morena no sabe lo que está haciendo ni lo que va a provocar.


Los datos son claros: el INEGI reporta un descenso del 8 % en la inversión fija bruta en lo que va del año. El motor del crecimiento, presente y futuro, desacelera. Eso quiere decir que en dos años no ajustará el presupuesto si no hay un cambio en el clima de negocios del país. Tenemos señales muy malas, con decisiones totalmente equivocadas como la entrega de 60 mil millones de pesos a Cuba, cuando Pemex naufraga y a la CFE le urge dinero para construir más centrales de producción eléctrica. Cuando necesita ampliar y renovar la red de distribución e invertir en nuevas tecnologías limpias.


Hay otros datos que tampoco son tan buenos. Banorte reporta una reducción de sus utilidades respecto al año pasado. A muchos críticos no les gusta que la banca genere tantas utilidades, pero son indispensables para apuntalar a las empresas en sus proyectos, operaciones e inversiones de capital. Por fortuna, la banca está sólida y bien capitalizada. Desde que el presidente Ernesto Zedillo la apoyó con el Fobaproa, ha crecido, pero no lo suficiente como para impulsar más la formación de capital en las empresas.


Si la ideología rancia de la izquierda latinoamericana sigue marcando el rumbo de nuestro país, no tardaremos en entrar en una crisis. El arranque de sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum es brumoso, por decir lo menos. Todos los inicios de sexenio son complicados. Aún recordamos, hace medio siglo, la “atonía” económica de Luis Echeverría en los setentas. José López Portillo tuvo que dar el mejor discurso de su vida para regresar a la prosperidad, que luego se perdió con la gran devaluación de 1982 y la pésima decisión de estatizar la banca. El arranque de Miguel de la Madrid fue terrible debido a la inflación y la falta de crecimiento. Carlos Salinas de Gortari tuvo el talento para concretar el TLC. Fue el último en el que crecimos más del 20 %, a pesar de la crisis que heredó Ernesto Zedillo, el mejor presidente de México. Su arranque fue, tal vez, el más difícil de todos. Por fortuna, su talento como economista y talante democrático permitieron un crecimiento del 7 %, con pleno empleo y un bono político a favor de la alternancia. Su legado permitió la estabilidad de los últimos 4 sexenios.


El INEGI señala que la formación de capital registró el descenso más grande en 55 meses. Buena parte se explica por la incertidumbre sobre el tratado comercial con Estados Unidos y Canadá. Donald Trump es el villano, pero también lo es la falta de claridad en las reglas internas. La broma del nuevo Poder Judicial; la división del poder entre el grupo representado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y la mandataria Claudia Sheinbaum también afectan. ¿Qué decir de la extorsión y la violencia? Sin paz será imposible atraer inversión nacional y extranjera. El bienestar no crece; el malestar avanza.

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