Perspectiva: Tres mil millones se esfumaron
El estado no necesitaba recursos de particulares para construir esa carretera, y menos a un precio tan elevado
Diego Sinhue Rodríguez apenas pudo entregar la carretera de cuota Silao-Guanajuato el último día de su sexenio. En ese momento Guanajuato contaba con un activo fijo de unos 3 mil millones de pesos, una concesión que redituaba al gobierno 250 millones de pesos al año.
A los dos días de la firma a favor de la empresa Concesionaria Valle de la Independencia S.A., el activo debió aparecer en la balanza contable de la empresa concesionaria. Guanajuato - $3,000,000,000.00 y Vise Rubau +3,000,000,000.00. A partir de ese momento el bien público (la concesión) se convirtió en un bien privado gracias a la ingeniería financiera de los sesudos asesores de Diego con cifras infladas que se usaron como pretexto para despojar al estado de un activo construido en 1989. Una carretera que funcionó tan bien que su inversión se pagó en pocos años varias veces.
¿Qué hizo Diego para despojarnos de ese bien a los guanajuatenses y en particular a los habitantes de la capital? Se inventó un precio infladísimo para una obra pública pendiente desde el sexenio de Miguel Márquez, la carretera Silao-San Miguel de Allende. Una carretera A2 de dos carriles en concreto asfáltico con un solo cuerpo con 13 metros de ancho.
El pretexto: “el proyecto no da para pagarse con el aforo (tráfico esperado), por tanto, necesita subvenciones del Estado”. El precio que se le puso al proyecto (103 millones por kilómetro) fue exactamente el doble que sugieren las tablas paramétricas de la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública del gobierno federal. Pedimos al gobierno transparencia en las especificaciones, la traza y los precios unitarios del proyecto y no los entregaron. Sospechamos que los precios se los sacaron de la manga. Todas las comparaciones que realizamos en carreteras A2 nos daban por lo menos un precio inflado en un 30%, dato que corroboró un funcionario federal.
Cuando consultamos a un estimado ingeniero que trabajó en el departamento de Infraestructura del estado durante años, lo único que atinó a decir fue: es un “robo en despoblado” y “seguro Diego obtuvo una gran jubilación”. Porque no se entiende de otra forma. El estado no necesitaba recursos de particulares para construir esa carretera, y menos a un precio tan elevado. Nos recuerda el tema de la arrendadora Guanajuato Leasing.
Decía Emilio Álvarez Icaza, distinguido político de oposición, que en el PAN perdieron el sentido de la indignación. La corrupción los invade y tienen miedo de indignarse, de parar un despojo que los marcará como cómplices de Diego. Porque saben que la nueva carretera podría construirse con financiamiento del ISSEG, de la Banca Comercial o de la Banca de Fomento. Cuando hicimos una investigación profunda con IA, la sugerencia de Grok 4 Heavy fue inmediata. Se pudieron emitir “notas”, es decir, bonos que el mercado hubiera tomado de inmediato. Digamos que se emitieran 4 mil millones de pesos a 30 años con un cupón de Cetes + 1 punto. Dada la calificación AAA del crédito gubernamental, los bonos hubieran volado. Externo un punto de vista personal: la entrega de la carretera se realizó para sacar beneficio privado de bienes públicos. Sabemos que VISE es una gran empresa, de las mejores constructoras que tiene el país en cuanto a seriedad y calidad en sus contratos. Por eso nos cuesta trabajo entender que hayan aceptado el trato de Diego en el último día de su gobierno.
Dice el genio que tenemos en Obras Públicas que Guanajuato contará con dos carreteras y no tendrá deuda. Guanajuato se quedará sin carreteras de cuota, perderá un ingreso creciente y seguro de 250 millones al año. Sus gobernantes serán cómplices del despojo inútil de un bien público que se pudo multiplicar en favor de muchos otros proyectos. Vivir en Woodlands no es barato. (Continuará)
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