"Película de terror"; testimonio de bloqueos cuenta su experiencia, pero apoya a agricultores

"El campesino grita porque el gobierno no responde"

Agricultores
Última actualización:  |  Redacción

La travesía empezó el lunes 27 de octubre a la 1:30 de la tarde, cuando el señor Alfredo, junto con otros pasajeros, tomó un camión de Aguascalientes con destino a Ciudad de México. El viaje nunca terminó. No por completo.  

En entrevista con BI Noticias, Alfredo narra su experiencia tras cuatro días de estar varados frente a los bloqueos carreteros de agricultores que, ante la precariedad de los precios en el mercado del maíz, exigen un incremento en el costo de este producto para poder venderlo a un precio que les garantice dignidad en su trabajo y vida.

El señor Alfredo salió de Aguascalientes como parte de un viaje de negocios, sin embargo, para las cinco de la tarde del mismo lunes, su camión, así como decenas de vehículos más, entre particulares, camiones y tráileres, se quedó atorado cerca de la comunidad de Aldama, en Irapuato, Guanajuato. Ahí empezó todo. Ahí cayó la noche y ahí amanecieron.

Según el testimonio, tuvieron que moverse para conseguir alimento, agua y baño, no obstante, tenían que hacerlo con precaución, porque en la noche, cuenta, la carretera se tornó peligrosa: empezaron los asaltos.

"En la noche sí se puso muy riesgoso. Empezaron los asaltos a los transportistas, andaban ahí queriendo abrir los carros. Ahora sí que fuimos parte de una película de terror", narra Alfredo.

El martes y el miércoles fueron días de bombardeo de información. Familiares y amigos los contactaban para darles supuestas actualizaciones sobre los bloqueos y desbloqueos de carreteras, así como para darles a conocer los acuerdos a los que llegó el gobierno de México con agricultores de la región del Bajío.

Aún con los acuerdos y la liberación de ciertas carreteras, el camión donde Alfredo viajaba no tuvo suerte, y no pudieron avanzar hasta el jueves, pero no hacia su destino, si no de regreso a Aguascalientes: "es una situación bastante grave poder decir no pude llegar a la Ciudad de México. ¿En qué país estamos viviendo? No puedes ya ni siquiera transitar", cuenta.

Dentro de todo, dio la coincidencia de que donde se quedaron varados, el pueblo más cercano estaba aproximadamente a un kilómetro y medio, y ahí podían conseguir alimentos, bebidas y resolver temas como el uso del baño. La ayuda tiene una firma: los mismos campesinos, no las autoridades.

"Cabe hacer mención que la misma gente de los campesinos y las familias, nos apoyaron mucho con alimento, agua, medicamentos. Conseguimos dónde bañarnos, pero sí fue totalmente una cosa que no se espera uno ¿Verdad? Porque nadie se acerca, de la autoridad nada, absolutamente nada, nos dejaron a la deriva", agrega Alfredo.

Incluso, les ayudaron a conseguir medicamentos para las personas diabéticas o que tenían otros padecimientos y los necesitaban. Pero después de tres días, todos los insumos empezaron a faltar también en el pueblo.

"La gente del pueblo rápidamente fueron y consiguieron insulina inyectable (...) Tuvimos la fortuna de tenerlo -el pueblo- a un kilómetro, kilómetro y medio. Entonces, realmente no batallábamos para caminar y conseguir alimento. El problema fue que a partir del miércoles, empezó a escasear el alimento porque no había abastecimiento en las tiendas", agrega Alfredo.

Cuando la comida empezó a escasear en el pueblo, los insumos circulaban pero de otra manera: se avisaba en qué punto de la avenida había llegado comida y las personas se organizaban para ir por un poco. "Y a caminarle, nos daban de comer. Y así nos la pasamos prácticamente tres días", dice.

Fue hasta el día miércoles, a las 7 de la noche que les avisaron la noticia más esperada: se iba a levantar el bloqueos. Sin embargo, no se abrió el paso hacia su destino: "el problema es que nada más se levantó el del Aldama. Caminamos 40 kilómetros y terminamos a un costado de Salamanca. En 12 horas caminamos 40 kilómetros".

Ya ahí, caminando por la carretera, las personas buscaban ayuda para moverse. En el caso de Alfredo, él consiguió que lo acercaran a León, para tomar un camión hacia Aguascalientes. El viaje que nunca terminó. Para las 7:30 del jueves pasado, regresó a casa.

Los asaltos

Alfredo narra que se dio cuenta de los asaltos el lunes por la noche. "Llegaron en unos vehículos y se estacionaron a un costado de la carretera. Yo estaba intentando dormir, y empezamos a ver lamparitas entre los carros y muchachos con sudaderas y capuchas intentando abrir vehículos", comenta.

Así fueron pasando los días. Días de buscar para sobrevivir. Días de se inseguridad. Días en los que patrullas de ningún gobierno se acercó para ayudar. "A los transportistas, llegaban con mangueras y les sacaban el diésel y nadie", ninguna autoridad, se acercaba.

Fue hasta el miércoles que los primeros elementos de seguridad de Guanajuato llegaron. Pero no era mucha diferencia, pues no ofrecían una mano de ayuda: "hasta el día miércoles empezaron a pasar los estatales. Pero pasaban, no se paraban, no preguntaban qué necesitábamos".

Apoyo a las manifestaciones: "el gobierno no responde"

Aún con todo, ninguna de las personas con las que Alfredo vivió estos cuatro días los bloqueos, están en contra de las exigencias de los agricultores. Al contrario, los apoyan y también piden la intervención del el gobierno para que solucionen sus exigencias.

"La verdad apoyamos la causa. Jamás nadie se quejó por los campesinos ni nada, al contrario. Obviamente sí mucha gente se vio afectada con vuelos perdidos, vacaciones canceladas. Sí fue mucha gente que tuvo muchas afectaciones, pero el apoyo, a pesar de que estábamos ahí, nadie tuvo una opinión negativa hacia lo que estaba sucediendo con los campesinos. Están batallando mucho", explica.

Y relata que durante esos días también pudieron conversar con los campesinos y entender su problemática: "ahí platicamos mucho con los productores y nos comentaron que les quitaron apoyos, les quitaron muchos beneficios que ellos tenían para seguir produciendo. Es como si tú vendieras paletas que cuestan 10 pesos fabricarlas y el gobierno te lo paga a seis pesos ¿para qué estas trabajando?"

Después de días siendo parte de uno de los bloqueos más prolongados vividos recientemente, Alfredo concluye: "el campesino grita porque el gobierno no responde, y yo creo que esto va a sentar un precedente".

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