Piden pacientes renales no los reubiquen de clínica para hemodiálisis; aseguran que les puede costar la vida
Pacientes renales de Aguascalientes afiliados al IMSS rechazan el cambio de clínica que, aseguran, plantea el instituto, y dónde juntarán tres de los centros de hemodiálisis subrogados y distribuidos en la ciudad en uno sólo, el cual se ubicará en Quinta Avenida.
Actualmente, según explican los derechohabientes, el Instituto se apoya de tres clínicas subrogadas en el estado para realizar hemodiálisis. Se tratan de las clínicas UCUNE, CARINT, y RENIS, siendo las últimas dos inauguradas por la actual administración.
El hecho de que necesiten una licitación, lamentan, hace que cada cierto tiempo los pacientes tengan que interrumpir sus tratamientos para cambiar de edificio y máquina, cuestiones que aseguran, pueden ser factores mortales para algunos enfermos renales. Sobre el tema habla María Elena Durán, esposa de un paciente renal.
“Los tienen como ‘borreguitos’ porque cada 3 meses nos cambian de clínica. En cada cambio hay infección de catéter. (...) Cuando nos mandaron ahí sí había (problemas), pero ahorita las nefrólogas siempre están al pendiente de uno”, asegura.
Aunque alrededor de 15 personas se congregaron la mañana de este viernes 14 de junio frente a palacio de gobierno para expresar su inconformidad con la reubicación, los asistentes sostienen que representan a los más de 800 pacientes que se verán afectados con la modificación de tratamientos dentro de las tres clínicas ya mencionadas.
Además de los gastos que en ocasiones deben de hacer por falta de material y medicamentos, lo cuales pueden llegar a los $10 mil, los derechohabientes se dicen preocupados de las instalaciones y servicios que se brindarán en el nuevo edificio, el cual, agregan, al ser de doble piso, implica mayores riesgos para los pacientes, que muchas veces se mueven en sillas de ruedas, cuestiones que, comentan, no han podido resolver con las autoridades que han buscado.
“El otro día fuimos a las instalaciones del Seguro y ellos no sabían nada; ni del cambio ni de nada. ¿Cómo no saben nada? (...) ¿Cómo si están subrogados por el seguro? No tenemos para pagar un particular. No tenemos $1,600 para pagar 3 sesiones a la semana de hemodiálisis”, lamenta.
Los pacientes y sus familiares buscan apoyo de las autoridades tanto estatales como federales para no cambiar de clínicas por el riesgo sanitario y de salud que aseguran les implica, y en caso de que el cambio se realice, se pueda garantizar una atención de calidad, que no cueste la vida a los pacientes durante su proceso de readaptación.
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