Retos económicos 2025: una mirada desde arriba
Podría parecer temprano para hablar de los retos económicos del próximo año. Sin embargo, a solo tres semanas del cierre de 2024, es crucial analizar los factores que moldearan la economía a nivel nacional e internacional.
Podría parecer temprano para hablar de los retos económicos del próximo año. Sin embargo, a solo tres semanas del cierre de 2024, es crucial analizar los factores que moldearan la economía a nivel nacional e internacional. En este contexto, resulta pertinente revisar la más reciente publicación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), titulada Perspectivas Económicas 2025.
Uno de los temas centrales del informe es la inflación, un fenómeno que durante más de tres años ha impactado tanto las economías de varios países como a las personas. En México, por ejemplo, en su punto más álgido, la inflación general superó el 8 %. Actualmente, como resultado de las políticas monetarias implementadas por los bancos centrales, los países han logrado contener su inflación, y establecerla en rangos relativamente saludables, lo que permitirá que los precios de bienes y servicios se mantengan en rangos estables, favoreciendo así a la economía de las familias.
Sin embargo, hay dos temas adicionales que la OCDE pone sobre la mesa, los dos de igual relevancia, y que podrían tener un impacto sobre la propia inflación: 1. El incremento de la escasez de la mano de obra; y 2. La incertidumbre de las políticas comerciales.
Con respecto a la escasez de mano de obra, no es ninguna novedad que el envejecimiento poblacional, así como los nuevos esquemas de empleabilidad, han llevado a que sectores como la salud o las tecnologías tengan mayores dificultades para cubrir sus vacantes. Si bien México no se encuentra dentro de los países con mayores niveles de escasez, lo cierto es que ha mantenido tasas de desempleo bastante bajas, lo que nos habla de un mercado laboral más constreñido. Eventualmente, esto impulsará los salarios al alza, lo que podrá repercutir en la inflación.
Por otro lado, se encuentra lo que, a mi parecer, es el principal riesgo económico para 2025: la incertidumbre en el comercio internacional. De acuerdo con las propias mediciones que la OCDE, el indicador sobre incertidumbre comercial se ha disparado en los últimos cuatro meses del año pasando de 98.08 en agosto a 373.58 en noviembre. Esto nos habla de cómo el comercio económico internacional se encuentra en riesgo ante las nuevas políticas económicas.
Esta incertidumbre responde, además de a los conflictos bélicos, a las políticas proteccionistas que impulsan varios países. En términos simples, los países ya no están tan dispuestos a comerciar con tanta libertad como antes. De ahí que, observamos fenómenos como la implementación de aranceles a la importación ciertos productos, e incluso su prohibición.
En conclusión, el escenario económico complejo: seguimos recuperándonos de una crisis inflacionaria prolongada, con economías emergentes bastante desaceleradas y con riesgos latentes que podría exacerbar las ya de por sí precarizadas condiciones económicas globales. No habrá entonces que quitar el dedo del renglón en cuestiones como los mercados laborales y las restricciones comerciales, porque es precisamente ahí, donde un pequeño desequilibrio podría tener fuertes implicaciones para la población.
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